25 de mayo: Día de la educación inicial.

Esta importante fecha nos permite visibilizar y reflexionar sobre la relevancia de la educación en la primera infancia y el rol de cada educadora que, hoy, se enfrenta a los retos de la post-pandemia.
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Hay diversas razones por las cuales hay que conmemorar este día. En primer lugar, es importante porque se visibiliza la necesidad de brindar una educación de calidad a los niños de 0 a 6 años. Me refiero a una educación abierta para todos;  que garantice igualdad de oportunidades; y que vele por el desarrollo integral del niño en todas sus dimensiones, desde la parte física, socioemocional, afectiva, cognitiva, comunicativa, psicomotora, estética y social. Se trata de visibilizar también las modalidades de la Educación Inicial como, por ejemplo, conocer más a profundidad los programas no escolarizados que atiende el PRONOEI.

 

Se visibiliza al niño como un sujeto de derechos y como un actor en los procesos de aprendizaje. Así, el niño se vuelve protagonista y su educación se torna fundamental y necesaria. Se toma en cuenta  las emociones de los niños en un clima de empatía y profundo respeto hacia ellos. Lo que garantiza su bienestar como persona.

 

Se visibiliza también lo que los niños y niñas hacen en la escuela. Ellos van a jugar, pero eso tiene un propósito enorme. Ese juego es aprendizaje, es socialización, interacción con el otro, compartir, ver a los otros como personas, la búsqueda del bien común y la búsqueda de una sociedad más equitativa y transformadora. Es por ello que acceder a una Educación Inicial  de calidad le permite al niño o niña romper las brechas de desigualdad que existen y tener más oportunidades, ya que la escuela conecta  a las familias con docentes y con agentes que intervienen en el desarrollo del niño.

 

Es importante también visibilizar que la Educación Inicial es una escuela abierta para todos porque atiende a los niños, busca su bienestar, los acompaña y brinda sistemas de apoyo. Se trata de una escuela que respeta al niño en todos sus procesos, tiene una mirada de equidad y los ayuda a descubrir sus potencialidades.

 

Valorar la educación de niños en edades tempranas tiene un impacto social fuerte y transformador. Se debe visibilizar que la educación infantil es la base del desarrollo y la transformación que tanto anhelamos. Por ello, el educar a los niños y niñas es un compromiso.